Dijo un loco al otro:
Cuánto extraño
los días donde la
esquizofrenia
imperaba
como reina de las Folías;
Fue bello
estar loco en los
cincuentas:
corrías, gritabas;
siento nostalgia
por las camisas de
fuerza.
Los locos hablaban
de mundos octultos,
y era artístico ser
un chiflado.
Hoy los psicólogos
amasan la depresión
como la pirámide de las
dolencias mentales.
Y la consideran
respetuosamente.
Antes al menos reíamos,
y se interesaban por
nuestros
personajes imaginarios,
y nos daban colores
para pintar capolaboros.
Y su amigo loco le
responde:
No sigas, no sigas,
no me hables de
semejantes conceptos.
Platón me está dictando
una carta al dios
de sus padres,
y no puedo escucharos
a ambos,
si me habláis al mismo
tiempo.