martedì 6 novembre 2012

Fortuna maggiore

Las pasiones que besan a las esferas
son las mismas que rezan rosas y rosetones
en los pisos de las iglesias.
Ella va a comer fresas, a morder fruta dulce.


Junto al cauce del Arno se ha alzaba la falda, su falda,
tan famosa que en el país era llamada “fortuna maggiore”.
Luca, como ladrón llegó a colarse en su “cassa forte”.
Y besaba la crema, y besaba la crema; para sonar un tambor no es necesaria la fuerza.


Los ha encontrado el gendarme, los ha descubierto “in fraganti”.
Pero su madre la defendía, que ella al lavar la vajilla no rompía ni una taza, ni los suelos dejaba sucios
cuando en procesión pasaba la máquina escolar.


Hace tareas, limpia los baños y los domingos va a pregar
a Santa Croce, con mejores lumbres; y nadie sabía, nadie sabía
que adolescente ya marcaba la hora en blandos relojes.