Me pregunto
si en la playa
encontraste otro amor
y otra dulce belleza
como tu mujer.
Me pregunto si
el calor, abrasante, un
dí' te hizo mirar las
piernas
de una gitana, una maja...
Me pregunto, amigo,
si en tus cartas has
confesado
el deseo de los amargos
días en soledad.
Pero nada sabré, pintor.
¿Quién fuiste tú
para hacer volver a Dios
tanta belleza?
Me pregunto si
en los días de calor
pensabas en tu Clota
justo cuando la
traicionabas,
de pie y en la playa
al pintar, pintando,
y sobre las olas
el rayo de luz cogías
a pinceladas.
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