Cuando me lleves
donde la luz no pueda
encontrarme,
bajo tierra mi cráneo
coloques,
y me impidas pintar
santos
y pecadores,
cuando la luz se apague
en mis ojos
y vuelva a Dios el
suspiro
que ahora me invita a
enviarte
unos cordiales saludos.
Tú me verás en el Juicio
y me llenará de terror tu
espectro
y temeré por los pecados
ocultos,
que quizás me aumenten un
siglo o dos
en el abismo.
La justicia es toda una
idea
que reclamamos, pero
nadie practica:
un día o dos viviendo
bajo un puente
gracias a las obras de un
prete
que se llamaba amigo
y se jacta de ser justo
cuando a mentiras se
protege;
“También le llegará la
muerte”.
¿Qué me dices de los
amigos,
los que a puñaladas me
han
devuelto a la tierra?
¡Oh, caro Bruto!
Tú también eres una idea
la forma eterna de los
injustos,
de aquellos que han traicionado
a sus propios amigos.
de aquellos que han traicionado
a sus propios amigos.
“Ellos también morirán”,
responde
el espíritu.
¡Nadie te ha preguntado!
El ángel vuela y con su
espada
a girar se enoloquece
sobre las jambas de las
puertas
del primoroso Edén
descansa y se le escapa
un romano “vaffanculo”.
O bien, el “confutatis
maledictis”
que romantiza el jactar
y el azar
de los ángeles de Dios.
Pero no es así, en
angélico se ríen;
ni en latín, ni en vulgar
latín,
sino en madrileño salao
con los ojos mandarán el
mensaje
cuando se abran los libros,
Minos inicie a
medir pecados
y se lleven los primeros
al
lago de azufre;
al burlarse dirán primeramente
al burlarse dirán primeramente
con la mirada: “jódanse, tíos”.
muy bueno
RispondiEliminaMuchas gracias! Me alegra que te guste! Saludos!
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